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Elecciones fraudulentas en la UOM

El oficialismo en la UOM, de la mano de Antonio Caló, se hegemoniza a través de las estrategias más oscuras. Así lo denuncian cientos de trabajadores en diferentes fábricas del país y en San Luis denuncian proscripción e irregularidades en la elección.

Desde este lunes y hasta mañana miércoles, más de 20 fábricas en toda la provincia eligen a sus representantes sindicales dentro de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM). En este marco, una de la lista, «la verde», denuncia al oficialismo, expresado en la «lista azul», de permitir el voto con carnet «truchos» y el evitar que cientos de trabajadores formalmente afiliados no puedan votar.
A nivel país, son 53 seccionales que eligen representantes sindicales. Desde el sector sindical perjudicado, se exige a la Junta Electoral que intervenga en el proceso eleccionario, ya que todo indica que se está en presencia de una elección fraudulenta que tendrá como resultado el triunfo de la burocracia encabezada por Caló.
En San Luis, el sector incluye a más de 1500 puestos de trabajo. En un clima de mucha incertidumbre y «aprietes», varios delegados de toda la provincia están denunciando públicamente el accionar de la dirigencia metalúrgica. La Bulla se pudo entrevistar con un trabajador e integrante de la Lista Verde, quien pidió reserva de su identidad por temor a represalias en sus lugares de trabajo:

Cabe destacar, que el papel jugado por el oficialismo en la UOM ha sido de seguidismo para con las patronales y su relación con los diferentes gobiernos nacionales siempre se ha caracterizado por una política de doblegamiento en detrimento del sector trabajador al que representan. En este sentido, a nivel nacional fueron «adictos» al Kirchnerismo cuando la precarización iba en aumento y en la etapa Macrista, ante la ola de despidos y destrucción de la industria, la conducción de la UOM juega un papel desmovilizador de la clase en su conjunto.

Hoy la UOM (a través de Antonio Caló) forma parte del triunvirato que asumió el liderazgo de la CGT unificada, la misma que hasta el momento ha dejado pasar más de 150 mil despidos y el tarifazo que destruyó a pequeñas y medianas empresas. Contexto que no sería posible sin una complicidad entre la denominada «burocracia sindical» y gran parte de las fuerzas políticas que gobiernan no solo el país, sino muchas de las provincias (UCR-PRO-Peronismo). Se debe remarcar, que del total de despidos contabilizados, más de 30 mil (entre despidos y suspensiones) son del sector metalúrgico.
Un dato a tener en cuenta, es la negociación entre los sindicatos de la CGT y el Gobierno Macrista por los fondos de las obras sociales, algo que significa una suma millonaria y una «coima disfrazada». Incluso, varios integrantes de la dirigencia oficialista de la UOM se encuentras involucrados en causas por lavado de dinero (por dineros recaudados por sepelios y seguro de vidas). Los más notorios son Hugo Curto y Francisco Gutiérrez, dos tradicionales dirigentes del kirchneristas.

A nivel local, es conocido el nefasto papel que desempeñaron durante el conflicto en la fábrica THUBIER, donde el la dirigencia del sindicato tendió a aislar a los trabajadores despedidos, hasta el punto que agobiados por la presión de la patronal y la policía renunciaron a seguir la pelea por su reincorporación.
Estos sectores burocratizados, tienden a teñir y socavar todo el trabajo gremial que miles de delegados o sindicatos recuperados realizan para defender los derechos de los trabajadores. En un accionar contrario a la independencia sindical y en complicidad con el empresariado, la denuncia de fraude realizada por un sector de los metalúrgicos toma sentido, ya que lo que se pone en riesgo ante esta maniobra, son las condiciones de lucha para una rama que está siendo azotada por la crisis económica y las políticas del Gobierno Nacional.

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