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Rechazan aprobación del trigo transgénico

Pese a las advertencias y denuncias de especialistas, el gobierno nacional, a través del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, aprobó el uso de un desarrollo público-privado para el cultivo de trigo transgénico con tolerancia a la sequía de la empresa Bioceres.

“Pareciera estar reviviéndose aquellos momentos de hace más de veinte años, cuando la soja transgénica desembarcaba de la mano de Monsanto. Proceso que visto en perspectiva agotó los suelos, contaminó ecosistemas y personas, deforestó miles de hectáreas, expulsó campesinos, siempre bajo la promesa de dar alimento y promover el crecimiento reduciendo el uso de químicos. Ninguna de las promesas de los anteriores eventos transgénicos se han cumplido. Argentina es hoy el primer país en autorizar trigo modificado genéticamente. La variedad de trigo HB4, desarrollada por Bioceres y la francesa Florimond Desprez ‘confiere tolerancia a la sequía y tolerancia al herbicida glufosinato de amonio’, dice la resolución que lo aprueba. Pero no menciona el efecto que puede tener para el consumo humano. No adelanta el impacto del herbicida asociado, cuando aún la sombra del glifosato nos persigue y nos perseguirá durante décadas. Ni menciona que los mercados internacionales están cerrados a la compra de trigo transgénico. Ni la larga lista de expertos que señalan estos riesgos. Ni recuerda que este tipo de paquetes tecnológicos tienen un fuerte impacto de emisión de gases de efecto invernadero en todo su ciclo. Y soslaya el tremendo riesgo de la cruza entre el trigo convencional y el modificado genéticamente”, afirmaron desde la agrupación BIOS.

En igual sentido se pronunció el colectivo ambientalista Naturaleza de Derechos: “Debe tenerse en cuenta que la sequía es sólo una pantalla, en realidad el Trigo HB4 apila también el gen que le da tolerancia al Glufosinato de Amonio como alternativa al agrotóxico Glifosato. Esto es particularmente grave porque el trigo es un alimento esencial que forma parte de la dieta diaria en nuestra sociedad, y con la tolerancia al Glufosinato (sin perjuicio de la alteración genética) se suma un riesgo significativo a la alimentación de la población al consumir pan, harinas o pastas con residuos de este agrotóxico que opera en el organismo humano como un disruptor endocrino”.

La denuncia que pesa sobre el Trigo HB4 de Bioceres es que no cuenta con evaluaciones de impacto ambiental en todos los biomas ni ensayos a largo plazo en laboratorio sobre sus efectos crónicos y cancerígenos. Ante esta situación, varios colectivos ambientales denuncian la connivencia de organismos estatales encargados de regular, en muchos casos integrados por representantes de las corporaciones agrícolas.

“La aprobación comercial del Trigo Hb4 mas que un avance de la ciencia argentina, tal como lo presentan los medios hegemónicos, es la consagración de un sistema vicioso de mercantilización del conocimiento científico estatal que la sociedad civil solventa, pero que termina beneficiando económicamente a las corporaciones y actividades extractivistas, cuyos riesgos y consecuencias son absorbidas luego por la sociedad en su conjunto”, expresaron desde Naturaleza de Derechos.

Fuentes: Canal Abierto / BIOS. Red Eco Alternativo

Imagen: Biodiversidad en América Latina

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