“Tenemos la obligación política y moral de resistir y continuar con una pedagogía de la Memoria y de la ternura”
A pocos días del triunfo del fascismo en Argentina de mano de Javier Milei y su partido La Libertad Avanza, las reflexiones y análisis urgen. Análisis en clave feminista, que arrojen un poco de luz al complejo momento que transita el país.
Así es como la mirada aguda de Alejandra Cirizia, activista por la Memoria, Verdad y Justicia, feminista, profesora de Universidad Nacional de Cuyo e investigadora, principal jubilada del Conicet, aporta un manto de sosiego que permite, desde la memoria y la ternura, vislumbrar salidas colectivas.
“Realmente creo que el contexto que se viene es abrumador, pero también creo que es nuestra obligación política y moral resistir. Creo que hay que insistir sobre lo que Madres y Abuelas han construido durante tanto tiempo, lo que siguieron construyendo Hijos e Hijas, contra el silencio y el olvido”, reflexiona Alejandra en los momentos iniciales del diálogo con La Bulla.
La desmemoria que avanza
Alejandra apela a la historia reciente para realizar un paralelismo que permite entrever el camino que transitará el país con este giro a la ultraderecha. “Este triunfo neoliberal, este triunfo brutal de la derecha fascista, porque de otra manera no le podemos llamar ya que se dicen así mismos libertarios cuando la libertad que reivindican es la libertad de reprimir, lo primero que han prometido son palos y ajuste. Y eso ha sido votado por las mayorías populares. Entonces, me parece que estamos en un momento muy difícil de nuestra historia, un momento muy parecido a otro”.
Y relata con resumida precisión las similitudes con la última dictadura militar. “A mi me recuerda mucho el año ‘75, cuando existía un cierto consenso en la sociedad civil que alentó el golpe militar, civil y eclesiástico, que asoló nuestro país desde 1976 a 1983. Y que vino anunciado por secuestros, amenazas, organización de bandas armadas parapoliciales. Bueno, un empobrecimiento espantoso en ese momento con el plan Rodrigo. Celestino Rodríguez impulsó una devaluación espantosa del peso con el empobrecimiento consiguiente para los sectores populares”.
Así Alejandra menciona el sector de la sociedad sobre el que considera, recaerá con mayor crudeza las políticas económicas de La Libertad Avanza. “Creo que estamos viendo ahora, lo que pasa es que en este momento quienes somos amenazados en nuestra vida, no somos las personas de clases medias y sino los sectores populares. Están haciendo eso en los barrios gracias a la penetración del narcotráfico. Desarmando las organizaciones populares, asesinando gente en las calles a mansalva. Y me parece que ante esa realidad, nosotros, nosotras tenemos la obligación política y moral de resistir, continuar con una pedagogía de la memoria, con una pedagogía de la ternura. Creo que con la brutalidad no se va a ningún lado”.
Las clases dominantes se imponen
“Por una parte, me parece que están las clases dominantes que son las beneficiarias directas de estos programas de expropiación de lo que es común. Creo que, si una mira hacia el país, lo que hizo Morales en Jujuy es una muestra clarísima de cómo proceden las clases dominantes”, reflexiona la docente al tiempo que agrega que “ una cosa son las clases dominantes que ejercen esa expropiación y expoliación brutal, que son las que ejercen esa brutalidad de represión que vimos desplegarse en Jujuy. Y por otro parte, está una enorme mayoría que ha votado este programa y creo que lo ha votado en buena medida desde la rabia, desde la impotencia, desde el despojo producido por la inflación, porque, si vos tenés un ingreso pequeño y lo que más aumenta de precio son los alimentos, y los primeros perjudicados, las primeras personas que están en riesgo son esas personas vulnerabilizada”.
De allí surge la necesidad de distinguir entre la clase docente y los sectores populares frente al voto a la ultraderecha. “No es lo mismo una persona de sectores populares que votó por rabia, por impotencia, por falta de educación política, que es la peor forma de ignorancia, la ignorancia política, que no es un problema de ser letrado o no ser letrado. Es un problema de desconocimiento de los propios intereses. Es un problema de falta de formación en la conciencia de clase”.
La activista por los derechos humanos cita al sociólogo argentino Atilio Borón y su libro Estado y Capitalismo en América Latina para detallar “que lo que ha cambiado es que las clases dominantes tienen en claro el principio de la lucha de clases, mientras los sectores populares lo hemos perdido de vista. Y esas clases dominantes son expropiadoras, violentas y son quienes nos roban todo”.
Entonces, “este clima de echarle la culpa al más débil, que está cerca mío, es lo que ha posibilitado el triunfo de esta persona que encarna la barbarie, la barbarización de la política, la brutalización de las relaciones entre los seres humanos. Algo tristísimo, porque si 40 años de democracia, lo que logramos construir fue esta clase de sujeto político, estamos en un estado de emergencia, ¿no?”, reflexiona Alejandra.
El retorno al pasado brutal
Es sabido que la humanidad no puede sobrevivir sin el lazo con el otre, “que nos sostenga, que nos acompaña. El contacto corporal es fundamental. Somos los seres más indefensos en el momento del nacimiento. Somos muy vulnerables, muy frágiles, necesitamos de otras, de otros para vivir. Pero parece que las sociedades en las que vivimos nos moldean en la creencia de que somos individuos y que ‘podemos solitos’”, detalla Ciriza.
Y es cierto que crecer implica un proceso de autonomía. “Pero la autonomía no supone el quiebre de los lazos comunitarios ni el ‘cortarse sole’. Y eso es lo que está pasando ahora, el capitalismo ataca los lazos colectivos, rompe las relaciones sociales, destruye las solidaridades. Y eso fue lo que hizo la dictadura. La dictadura destruyó la solidaridad, acusó a un grupo social de subversivos, terroristas, apátridas y perpetró sobre la base de esa acusación y del terror, un genocidio. La sociedad argentina no ha asumido que se trató de un genocidio. La sociedad argentina asume que hubo dos demonios y que esos dos demonios se enfrentaron y que uno perdió y otro ganó. Entonces ese discurso es el discurso que va a volver con Villacruel”, explica una reflexiva la docente y militante que, en un amoroso diálogo radial, comparte sus miradas de precaución ante lo que avecina y define a la vicepresidenta electa Victoria Villarruel con un juego de palabras para describirla y sentar postura.
Ese es el discurso que desde La Libertad Avanza y sus aliades implementarán tal y como lo vienen haciendo a viva voz en campaña electoral. “La teoría de los dos demonios, la idea de que ellos ganaron una entrecomillas “guerra”, que no hubo violaciones, que no hubo apropiaciones, que lo que hubo fue rescate de niñes abandonades por padres y madres crueles”.
Ante el negacionismo y la barbarie, retramar desde el amor y el diálogo
“Los argentino llegamos en barcos” afirmó el ahora saliente presidente Alberto Fernández en junio de 2021 ante su par español, Pedro Sánchez. Y aunque esa frase le valió el repudio de un importante sector de la sociedad, dejó evidenciar que en Argentina las raíces y descendencias aún siguen en el negacionismo colectivo.
Sobre esto, Alejandra menciona que “este país se construyó sobre un primer genocidio del que no tenemos conciencia y al que no hacemos referencia, que es el genocidio de los habitantes de este territorio. Esos pueblos originarios fueron genocidados. Sobre ese genocidio se fundó el Estado Nacional”.
El racismo argentino tiene que ver con el exterminio de esas naciones originarias y “tiene que ver con la construcción de la idea de que la Argentina no es un país racista, pero que sí es un país basado en el blanqueamiento de las personas. Sobre ideales estéticos de blanqueamiento, ideales culturales, de blanqueamiento, ideales políticos de blanqueamiento. No tenemos conciencia de ese genocidio.
Entonces, cuando en el ‘76 se cometió el segundo genocidio, ¿por qué vamos a reconocerlo como genocidio, como algo que nos ha pasado a todes, que nos ha pasado al conjunto de la sociedad?”
Se consolida así una sociedad basada en la desmemoria. “Creo que lamentablemente la situación en la que estamos tiene que ver con el negacionismo histórico, el negacionismo de este innombrable que llega hasta negar el cambio climático. Estamos en una situación muy extrema y tenemos el deber del cuidado y el deber de la pedagogía”.
Por eso, para la docente cuyana “se trata de recomponer tramas colectivas. Y es una tarea difícil porque exige, no solamente la autocrítica, sino la paciencia con quienes no quieren escuchar, porque creo que hay mucho de eso también. ¿Quién quiere escuchar a los vencidos?”
En este diálogo desde la esperanza y la memoria, también llegan las reflexiones para los cuidados colectivos y el estado de alerta de los sectores militantes. “Creo que tenemos también que estar atentas, porque el movimiento feminista tiene la posibilidad de huir en dirección a la derecha. Hay que prestar atención, tratar de pensar, pensarnos críticamente, pensar cuánto de la lógica neoliberal ha ido tomando nuestros territorios, ¿no? Me parece que son cosas importantes para revisar, para repensar, para replantear, para trabajar. Creo que eso y una larga paciencia”.
“En este momento están muy ensoberbecidos con lo que ha pasado y creen que tienen la posibilidad de exterminarnos, ya lo han dicho, lo han prometido. Creo que hay que estar atentes. Y creo que con modestia, con el reconocimiento de nuestros errores, con paciencia y con amorosidad, estamos convocades a retramar, a retramar esto tan roto y a reconocer su génesis”, concluye reflexiva esta militante por la Memoria que sigue apostando con esperanza a la recomposición social.
Compartimos la entrevista completa mantenida con Alejandra Ciriza en el programa Enredando las Mañanas, el informativo de la Red Nacional de Medios Alternativos: