San Luis vuelve a decirle NO a la megaminería
La Asamblea Vecinal Yo Amo a Mis Sierras de San Francisco del Monte de Oro, se encuentra en estado de alerta y asamblea permanente por la autorización otorgada a la empresa Pampa Litio para realizar tres cateos en el área protegida de las Sierras Centrales de San Luis.
Pampa Litio S.A. es una empresa que explora pegmatitas de roca dura que contienen litio. En la provincia había solicitado cuatro títulos de exploración por un total de 34.300 hectáreas. Desde mediados de 2023 la empresa de origen canadiense Green Shift Commodities Ltd. interesada en la extracción de litio en roca en nuestro país, adquirió un 25% de participación. La extracción de litio en roca ha sido poco explotada en nuestro país, por lo que despierta la voracidad de grandes empresas extranjeras.
En comunicación con La Bulla, Paula Aguirre, integrante de la Asamblea vecinal Yo amo a mis sierras de San Francisco del Monte de Oro, señala que “desde el pasado sábado 9 de diciembre nos convocamos en estado de asamblea permanente, los sábados a las 10:30 en la Plaza Pringles de San Francisco del Monte de Oro, donde nos encontramos a compartir información, definir y organizar acciones directas en pos de denunciar los tres permisos de cateo otorgados en el último trecho legislativo del anterior gobierno provincial, del gobierno de Alberto Rodríguez Saá”.
Y agrega que se otorgaron “tres permisos exploratorios, para explorar en tres departamentos diferentes de las Sierras Centrales de San Luis minerales de primera y segunda categoría, dentro de los cuales está el litio. […] Queremos preguntarle al gobierno por qué autoriza pedidos de cateo en zonas que están establecidas como área roja y amarilla por la Ley de Bosques y por la Ley de Sierras Centrales de San Luis”.
La Ley 26.331 de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los Bosques Nativos, conocida como “Ley de Bosques”, busca poner un freno al desmonte ya que en menos de un siglo está práctica ha arrasado con el 70% de los bosques nativos del país. Está obliga a las provincias a que sancionen una ley catalogando a los bosques en tres categorías: roja, amarilla y verde. Cada categoría especifica las actividades que pueden realizarse en esas zonas.
En el caso de los tres cateos en las Sierras Centrales de San Luis, la autorización permite la exploración en zonas rojas y amarillas en las cuales se prohíbe deforestar. De llevarse a cabo un proyecto minero la deforestación de grandes partes de bosque sería inevitable. La minería a cielo abierto extrae minerales de baja ley -diseminados en poca proporción en mucho territorio- por lo que es necesario para extraerlo romper grandes porciones del suelo para luego pasar las rocas por una sopa química y extraer el mineral. Además del impacto en el paisaje, las partículas de polvo que se expanden en el aire producto de la extracción son perjudiciales para animales, plantas y les pobladores de la zona.
Por su parte la Ley provincial IX-0727-2010 declara zona protegida a las Sierras Centrales de San Luis por ser el lugar en que nacen los ríos que proveen el 80% del agua que se consume en la provincia. La megaminería también traería consecuencias para este bien común. Por un lado, por las enormes cantidades de agua que consume. En la actualidad, los diques de la provincia tienen cota baja, algunos rondando y superando -15 metros según datos de San Luis Agua, lo que lleva (sumado a las faltas de inversiones) a que varias localidades tengan cortes intermitentes de agua. Por otro lado, por los diques de cola donde se acumula agua contaminada. Como no hay alternativa de uso y tratamiento para esa agua lo usual es que se apruebe la apertura del dique o que el agua contaminada quede allí hasta que se desborde o rompa.
El extractivismo avanza
La megaminería en las Sierras Centrales de San Luis tiene más posibilidades de avanzar en caso de que se apruebe el proyecto de ley “ómnibus” y el DNU 70/2023 impulsados por Javier Milei.
En la primera, se modifican los artículos de la Ley de Bosques que actualmente prohíben la deforestación en las categorías 1 (roja) y 2 (amarilla) de alto y mediano nivel de conservación, permitiendo que se realicen actividades productivas. También modifica las fuentes de financiamiento para el enriquecimiento y financiación de bosques nativos, sacando el piso del 0,3% del presupuesto nacional y del 2% del total de las retenciones a las exportaciones de productos primarios y secundarios provenientes de la agricultura, ganadería y sector forestal, correspondientes al año anterior del ejercicio en consideración. Con el proyecto de ley, el financiamiento pasaría a depender de una decisión unilateral del Poder Ejecutivo. Nada positivo se puede esperar de negacionistas del cambio climático.
En cuanto al DNU 70/2023 también implica beneficios para la megaminería. La Asociación Argentina de Abogados y Abogadas Ambientalistas señala en un comunicado que el DNU “implica aún una mayor opacidad en una actividad que ya se encuentra absolutamente desregulada y con la habilitación a una minería a gran escala que flexibiliza controles, estableciendo un sistema de regalías irrisorios a las corporaciones mineras y que continúa intacto”.
Un freno de emergencia al avance extractivo
La Asamblea Yo Amo a mis Sierras, junto con asambleas de cada rincón de la provincia, hace tiempo están organizándose para detener el avance de la megaminería y de los distintos proyectos que atentan contra el ambiente. Al respecto, Paula Aguirre señala que «en este caso somos la asamblea provincial que trabaja contra la megaminería, frenando, intentando resguardar nuestro territorio y todas las cuencas hídricas que abastecen a todo el territorio provincial”.
La organización y lucha de la comunidad contra el extractivismo tiene una larga historia en territorio cuyano. En San Luis se ha logrado detener numerosos proyectos que atentan contra el ambiente. Paula Aguirre detalla que desde la Asamblea Yo amo a mis sierras invitan a “la población a acercarse, a informarse, a colaborar económicamente también con la asamblea y hacerse eco, parte y accionar activamente, comprometidamente en pos de la defensa de nuestro territorio, de la vida, de las plantas, de los árboles, del agua”. Porque “es nuestra acción y fuerza social, la que SÍ puede frenar el paso de las megamineras en nuestro territorio”.