#24M Multitudinaria marcha por la Memoria, la Verdad y la Justicia en San Luis
En horas de la mañana de un caluroso domingo puntano y luego del acto de homenaje a Mauricio A. López y detenidos/as-desaparecidos/as del Terrorismo de Estado en la Explanada de la UNSL, comenzó a tomar forma la marcha convocada por los organismos de derechos humanos de la ciudad.
Fue la primera vez que antes del clásico acto realizado en el Monolito de la Memoria en Plaza Pringles, una marcha le antecedía. Y la emoción de jóvenes y adultos se notaba en los rostros y en los abrazos apretados mientras se iban conformando las columnas.
Y este Día de la Memoria no fue uno más. Fue el primero de la era Milei, quien junto a la vicepresidente de la Nación, Victoria Villarruel, no sólo son negacionistas sino reivindicadores del último golpe genocida cívico, eclesiástico, militar, empresarial que padeció Argentina.
Y es por eso que este 24 de marzo en San Luis primó la unidad con una sola marcha y un único acto que reunió a organizaciones de derechos humanos, sindicatos, organizaciones feministas, ambientalistas, partidos políticos y mucha, muchísima gente autoconvocada que se acercó a marchar con un cartel, un pañuelo blanco o una remera con alguna inscripción alusiva.
Una marcha que se vivió con intensa emoción de principio a fin. A los clásicos cánticos de «cárcel común a los represores» o «como a los nazi les va a pasar, a donde vayan los iremos a buscar», se sumaron los ligados a la actual coyuntura: «Caputo, Caputo, Caputo ajustador, con Macri la fugaste, con Milei sos saqueador» o «con la harina se hace el pan, con la uva se hace el vino, preguntale a Villarruel como se hace un genocida. Eaea eaeaa».
La multitudinaria movilización tuvo una parada en la esquina de San Martín y Belgrano, en uno de los 9 centros de detención y torturas que hubo en la provincia de San Luis donde ahora funciona el MUHSAL (Museo Histórico de San Luis). Allí se leyó un poema y se realizó una intervención donde Mirta Rasales relató los días que estuvo detenida y las torturas que recibió en dicho ex centro clandestino.
Y concluyó en el Monolito de la Memoria de Plaza Pringles, con un acto que contó con lectura de documentos y actividades artísticas.
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