Espejitos de colores en la Casa de la Música
Aunque la Casa de la Música, ubicada en el Complejo Molino Felix de Villa Mercedes, se muestre -por sus redes sociales, por los medios de comunicación oficiales y por los grandilocuentes eventos artísticos que desarrolla- como un modelo cultural para San Luis y el país, la gente de a pie sabe que en el Complejo hay mucho de espejitos de colores.
Espejitos que están empezando a decolorarse porque ya es sabido que sus trabajadorxs reciben cada día más y más precarización laboral, como así también maltrato y hostigamiento sostenido y constante.
En su página web se lee que «El gobierno de la provincia de San Luis ha creado la Casa de la Música, dentro del Complejo Molino Fénix, con la intención de desarrollar un amplio programa cultural vinculado con la industria de la música en sus distintos aspectos tanto culturales, como económicos y sociales». Y continúa: «La Ley de fomento de las inversiones en la industria de la música, fue el puntapié inicial de este ambicioso proyecto que tiene por objeto impulsar las inversiones en todo el territorio de la provincia de San Luis, promover el desarrollo cultural y generar nueva oferta de empleo a nivel local y regional».
«Ambicioso proyecto» -dice la web-, que con bombos y platillos se anuncia como el cambio de paradigma cultural para el ámbito de la música de San Luis. Pero pasan los años y los espejitos de colores, ya muy desteñidos, dejan ver otra realidad. La que viven día a día sus trabajadorxs: precarización y maltrato. «Sobre precarización laboral: se destaca la situación de trabajadores con más de siete años de prestación de servicios, quienes aún se encuentran sin contratación formal, obra social, aportes jubilatorios, ni ART; y trabajadores que hace más de dos años se encuentran en condición de “Prácticas Laborales”. En todos los casos, no se ha contemplado la regulación del teletrabajo ni el pago de horas extras», dice una nota (podés leerla completa al final de este artículo) que lxs trabajadorxs de la Casa de la Música presentaron el 21 de enero de 2021 a Anabela Lucero y a Joaquín Beltrán, responsable y director de Complejo Molinos Fénix y Casa de la Música, respectivamente.
En la mencionada carta, lxs trabajadorexs detallan, también, los hostigamientos y violencias que padecen: «Sobre las prácticas de mobbing: maltrato, hostigamiento, desprestigio y desmerecimiento hacia las trabajadoras y los trabajadores. Invasión de la privacidad: sobrecarga de tareas y horarios; uso del recurso humano para labores y favores personales/políticos, tales como asistencia a eventos, búsqueda de avales, difusión de publicaciones en las redes sociales personales de las y los trabajadores; favoritismo y acomodo, entre otros; acoso laboral que deriva en la desvinculación y/o reacomodo de trabajadores sin justificación previa ni argumentos explicitados; obstaculización de la comunicación y falta de escucha a los reiterados reclamos realizados por cada área de trabajo. Todas estas son prácticas frecuentes que se llevan adelante y/o son avaladas por las/los responsables de las instituciones».
Y entre tantos y desteñidos espejitos, continúan exhibiéndose, en gigantografías, los rostros de artistas que han cobrado grandes sumas por visitar San Luis y grabar en los estudios del Complejo, o lo que es peor aún, el rostro de un abusador denunciado penalmente. Mientras, lxs artistas locales siguen esperando su turno y cada tanto a algunx le toca su minuto de gloria para grabar un demo.
«Respecto de la cultura: hay un constante destrato hacia las y los artistas y una gran falta de reconocimiento de su labor y aporte. Además, el desfinanciamiento y obstaculización de proyectos planificados y en curso, otra práctica reiterativa en el accionar de la gestión, vulnera a las y los trabajadores de la cultura como así también perjudica la labor de la institución», detalla la nota elaborada por lxs trabajadorxs del Complejo de la Casa de la Música. Así los espejitos van mostrando su verdadero tinte. Un tinte desteñido por tanta precarización y violencias hacia sus trabajdorxs. Como así también, desteñidos ya de tanto grandilocuente y pomposo evento cultural vacío de contenido, donde lxs artistas locales quedan en segundo plano o libradxs al mérito de la mayor obsecuencia.
Y entre tantos engaños, fachadas y violencias, lxs trabajadorxs de la Casa de la Música resisten a la precarización laboral en un contexto de incremento del control, la vigilancia y las amenazas de despidos por parte de directivxs que mucho saben de foto y marketing, pero poco y nada de respeto y derechos laborales.
Compartimos la nota completa que lxs trabajadores del Complejo Molino Fénix y Casa de la Música presentaron a Anabela Lucero y a Joaquín Beltran:
Villa Mercedes, San Luis 21 de enero 2021
A la responsable de Complejo Molinos Fénix y Casa de la Música
Anabela Lucero,
Y al director de Complejo Molinos Fénix y Casa de la Música
C.P.N. Joaquín Beltrán:
Nos comunicamos con ustedes, y por su intermedio a quien corresponda, con el fin de acercarles un informe sobre las disconformidades y demandas de las y los trabajadores de Complejo Molinos Fénix y Casa de la Música.
Sobre precarización laboral: se destaca la situación de trabajadores con más de siete años de prestación de servicios, quienes aún se encuentran sin contratación formal, obra social, aportes jubilatorios, ni ART; y trabajadores que hace más de dos años se encuentran en condición de “Prácticas Laborales”. En todos los casos, no se ha contemplado la regulación del teletrabajo ni el pago de horas extras. De igual manera, la carga horaria no es correspondiente a la remuneración percibida y se encuentra totalmente desactualizada en relación con la formación, años de antigüedad, presentismo, compromiso, responsabilidades y actividades desarrolladas. En algunos casos, la remuneración no equivale siquiera a la mitad del Salario Mínimo Vital y Móvil. Cabe mencionar que, a dicha desactualización se suma la falta de aumentos salariales que no se perciben por lo menos desde hace un año y que, por lo mismo, esta situación se torna sumamente perjudicial para las y los trabajadores en un contexto de gran inflación, devaluación de la moneda, crisis económica y pandemia. Por su parte, en el caso de quienes están contratadas y contratados, desde la dirección se les ha impuesto el cumplimiento de una determinada carga horaria y la supresión del tiempo de descanso y refrigerio dentro de la jornada laboral. Sin embargo, las/los proveedores de servicios no deben porqué verse obligadas/os a acatar la norma. Y, en la medida en que el cumplimiento de horarios, las órdenes e instrucciones de trabajo y el
establecimiento del salario son fijados por las y los empleadores hacia las y los trabajadores monotributistas, se está llevando adelante una acción fraudulenta hacia el Estado, ya que
supone una simulación de contrato laboral, lo que se dice “trabajo informal en relación de dependencia”.
Sobre las prácticas de mobbing: maltrato, hostigamiento, desprestigio y desmerecimiento hacia las trabajadoras y los trabajadores; invasión de la privacidad: sobrecarga de tareas y horarios; uso del recurso humano para labores y favores personales/políticos, tales como asistencia a eventos, búsqueda de avales, difusión de publicaciones en las redes sociales personales de las y los trabajadores; favoritismo y acomodo, entre otros; acoso laboral que deriva en la desvinculación y/o reacomodo de trabajadores sin justificación previa ni argumentos explicitados; obstaculización de la comunicación y falta de escucha a los reiterados reclamos realizados por cada área de trabajo. Todas estas son prácticas frecuentes que se llevan adelante y/o son avaladas por las/losresponsables de las instituciones.
Recursos y herramientas de trabajo: en relación con las exigencias y demandas de producciones de todo tipo, es notoria la escasez de recursos materiales para su correcta realización, lo que en consecuencia ha generado la necesidad de tercerizar la obtención de los mismos y seguidamente, se ha cancelado su financiamiento por parte de las cabezas directivas y asumido el costo por parte de la planta trabajadora. Del mismo modo, se les ha hecho responsable de la rotura/pérdida y consiguiente pago de herramientas de trabajo. A esto se le suma que las y los trabajadores de Complejo Molinos Fénix y Casa de la Música han puesto a disposición sus propios recursos materiales, los cuales también han sufrido roturas o pérdidas que no han sido costeadas por las/los responsables de dichas instituciones. Así también, ha sido reiterado el pedido de incorporación de personal en las distintas áreas que estos establecimientos requieren para el correcto desarrollo de las actividades que se exigen y demandan. Es de remarcar las malas condiciones de la infraestructura de los espacios de trabajo y la clausura de las salidas de emergencia, lo que pone en peligro la salud, seguridad y vida de las y los trabajadores.
Respecto de la cultura: hay un constante destrato hacia las y los artistas y una gran falta de reconocimiento de su labor y aporte. Además, el desfinanciamiento y obstaculización de proyectos planificados y en curso, otra práctica reiterativa en el accionar de la gestión, vulnera a las y los trabajadores de la cultura como así también perjudica la labor de la institución.
Ante todo lo expuesto, es que las trabajadoras y los trabajadores de Complejo Molinos Fénix y Casa de la Música, unidos y organizados decidimos: hacer uso de nuestro derecho constitucional a la huelga y establecemos, hasta tanto no haya una mesa de diálogo y negociación como así también una favorable respuesta a las disconformidades presente en este informe, el paro total de actividades y consiguientemente, nuevas medidas de protesta.
Trabajadores de Complejo Molinos Fénix y Casa de la Música