Tortazo: un encuentro para construir tribu y comunidad lésbica
Encuentro de identidades lésbicas 2023, es el nombre completo del Tortazo, que este año desplegó, de la mano de la asamblea Alerta Torta Córdoba, su segunda edición.
El evento, desarrollado desde el sábado 18 hasta el 20 de febrero en el camping Transmitaxi de Anisacate, Córdoba, contó con la participación de identidades lésbicas de todo el país, independientes y también militantes de organizaciones sociales, partidarias, activistas, del mundo del deporte, del arte y la cultura.
El ya reconocido Tortazo nace al calor de la asamblea Alerta Torta Córdoba, cuyes integrantes, cansades del activismo político de la disidencia en Córdoba pensaron en ese evento con la idea de no repetir las prácticas de siempre.
El primero sucedería en el 2020, pero el covid lo demoró hasta el 2022 cuando, finalmente, sucedió el primer Tortazo. Ese año, la actividad contó con alrededor de 200 participantes. Este, más de 500 asistieron de diferentes puntos del país y de países vecinos.
Con tres días de actividades que incluyeron rondas de discusión, fútbol, música en vivo, baile, pileta, río, feria y más, se le dio forma a un espacio para compartir y construir comunidad y tribu en tiempos en que es necesario ponerle nombre a algunas desigualdades, pensarlas en agenda y reflexionar políticamente. Así, la idea del encuentro fue contribuir a armar una agenda torta con reclamos y propuestas que respondan a las necesidades y demandas de este sector social y que se materialicen en transformaciones concretas y políticas públicas.
Esta edición, en un fin de semana super largo, cantó con un clima ideal que permitió que les participantes pudieran alternar los momentos de rondas, con zambullidas en el río y la pileta. Chapuzones que no pasaron inadvertidos para vecines que “sorprendides” por ver torsos y tetas sin ropa y libres, advirtieron a Defensa Civil. La situación no pasó a mayores, pero evidencia cuan profunda es la norma cis hetero sexual imperante y el control que con ella ejercen.
La apertura, una bienvenida a un espacio de reflexión y goce
El sábado 18, les organizadores dieron la bienvenida “a un espacio de reflexión y de goce”. Expresaron que siguen “pensando que es necesario la instancia de organizarnos, pensar, crear desde lo colectivo estrategias para hacer frente a tantas injusticias. Pararnos de frente a este sistema hetero cis patriarcal, que nos oprime día a día y que promueve discursos de odio hacia nuestras identidades”.
“Entendemos que es necesario encontrarnos desde el placer, el goce, la rosca, la ronda, si es que queremos cambiar este mundo todavía. Hacemos un encuentro de identidades lésbicas porque entendemos fundamental reconocernos como un colectivo que aloja construcciones identitarias y corporalidades singulares. Entendiendo la identidad sexogenérica como un punto de partida y no de llegada en constante movimiento y mutación con la potencia de ser un punto de fuga a la heterocisnorma”, agregaron.
Al tiempo que expresaron “que en estos tiempos individualistas y neoliberales el tortazo es una reivindicación de nuestra existencia. De nuestra identidad política y nuestras culturas. El tortazo busca ser un espacio de articulación política de las luchas que nos encuentran. Un espacio para tensar y recuperar nuestras redes y volver a pensarnos de manera colectiva”.
Las rondas, puntos de encuentro experiencial
Los primeros dos días, se desarrollaron rondas de discusión. Que, como detallan les organizadores en sus redes sociales, son “espacios abiertos y circulares, agrupados por temáticas, donde la idea es que la palabra en circulación y la escucha activa se transformen en un acto político que devenga en construcción colectiva de conocimientos y la deconstrucción polifónica de paradigmas impuestos por el patriarcado”.
“Queremos que después de cada ronda, lxs participantes se vayan sabiéndose parte de algo más grande y, a su vez, tan interpeladxs como para revisar las prácticas más cotidianas”, detallaron, al tiempo que agregaron que estas instancias “son un punto de encuentro experiencial, un espacio amable donde poder hablar de aquello que todavía nos falta, un lugar para proponer alternativas y pensarnos todxs juntxs y organidadxs, un sitio donde la polifonía sea prioridad”.
Este año, se pensaron 9 rondas: Ronda Alicia Caf. Prácticas de cuidado; Ronda Ruth Mery Kelly. Deseo, goce y prácticas sexo afectivas; Ronda Cristina Vázquez. Familias; Ronda Viviana Avedaño. La tierra y el trabajo como ejes de lo comunitario; Ronda Maria Elena Walsh. Cultura y educación; Ronda Pepa Gaitán.Identidades Sexogenéricas; Ronda María Luz Baravalle. Violencias y reparación; Ronda Macky Corbalán. Prácticas y experiencias políticas y, por último, Ronda Ilse Fuskova. Memoria tortx, una construcción silenciosa.
Crece el Tortazo como posibilidad de ser parte de un espacio cuidado, donde las personas que eligen ser parte con sus singularidades, atraviesan similares experiencias o problemáticas, deseos y maneras de existir.
Se expande como lugar donde pensar estrategias de resistencia y al tiempo que se construyen ideas para incidir en las políticas públicas que aún son deuda para con las identidades lésbicas.
Se potencia como espacio donde poner las experiencias individuales en el debate colectivo y construir horizontes en común.