San Luis

«Lo único que pedimos es que nos dejen trabajar»

Lxs trabajadorxs de la panadería Cooperativa 20 de Julio se encuentran en estado de alerta y piden acompañamiento a la comunidad de Villa Mercedes para poder resistir a otro embate judicial emitido por la jueza del Juzgado Laboral N°1, Lilian Ivonne Villar.

En sus redes sociales, lxs trabajadorxs de la Cooperativa detallan: «La jueza Villar ha emitido una orden de «No Innovar» sobre los inmuebles y SECUESTRO de los bienes, PROHIBIENDONOS así poder TRABAJAR y seguir siendo el sostén de nuestras familias». Y a continuación, invitan a la comunidad y piden acompañamiento para hacer frente a otro envestida judicial: «Les pedimos una vez más de su apoyo incondicional. Convocamos a toda la ciudadanía mañana VIERNES 30 de abril a las 8:30hs en las puertas de la Cooperativa 20 de Julio, respetando el distanciamiento social. ¡¡En DEFENSA de nuestra fuente de TRABAJO y Derechos Laborales!!».

Para conocer lo que sucede, desde La Bulla Comunicación Alternativa, dialogamos con Lucas, uno de los trabajadores de la Cooperativa 20 de Julio, quien nos comentaba que «esta tarde (por la tarde del jueves 29) nos hemos encontrado con otro atropello, otro obstáculo, otra cachetada, otra burla por parte de una una jueza laboral. Paradójicamente una jueza laboral decide no innovar sobre los bienes. Una jueza laboral avala y pide que nosotros nos mantengamos acá adentro del inmueble, que sabemos que no es nuestro pero estamos conformados en cooperativa, ya que era una empresa que estaba en quiebra. Nosotros hemos recuperado una empresa. Hemos empezado de cero y pretendemos y queremos continuar trabajando porque hay una necesidad de seguir manteniendo familias, de mantener hijos enfermos, compañeros enfermos […] Y hoy en día nos encontramos con la noticia de que tenemos que mantenernos aquí adentro a brazos caídos, sin poder usar la maquinaria que venimos usando hace meses para poder trabajar. Nos apuran y nos acorralan a esa circunstancia para que no podamos seguir subsistiendo».

Con mucha preocupación por el complejo contexto económico agudizado por la pandemia, Lucas detalla que «Acá subsistimos día a día con lo que trabajamos, producimos y  generamos. Y agradecidos estamos, felices estamos de poder generar lo que hemos generado en lo social, en lo humano, en lo económico. Pero nos quieren quitar esa posibilidad, eso generado. Obligándonos a buscar la fuente laboral en otro lado, hoy en día, cuando es imposible conseguirlo porque la economía cae día a día y es muy difícil  en un contexto de pandemia mundial conseguir un trabajo».

Así surge la Cooperativa 20 de Julio

«Nosotros hace 9 meses hemos comenzado esta lucha, que nace dentro del seno de los trabajadores de la panadería Las Camelias, debido al agravante y manoseo emocional, económico, personal que se ejercía diariamente y toda la vida se ejerció con los empleados, por parte de la patronal», relata Lucas a La bulla. Y agrega: «Esta situación se agrava a causa de la pandemia cuando la empresa se ve obligada a reducir sus horas de atención, reducir producción, por ende reducir ventas. Ponen en licencia, por así llamarlo, a unos compañeros, se venía barajando la posibilidad también de reducir el personal a la mitad, en ese entonces, éramos 33 familias. Iban a quedar unos pocos. Se redujo el pago semanal que se hacía. Incluso se llegó a cobrar por sorteo. En pandemia se redujeron los pagos a la mitad, lo  que generó un malestar totalmente incontrolable por parte de los compañeros».

Entonces, el 20 de julio del 2021, lxs trabajadorxs, agotadxs de tanto maltrato y asfixiadxs economicamente, deciden tomar medidas contundentes y empezar a trabajar la panadería por cuenta propia. «Los compañeros deciden, en un momento de desesperación, y en una fecha tan importante como el 20 de julio, el día del amigo, poder llegar a hacer lo que siempre se había hablado por lo bajo, que era tomar la panadería, para que entendieran de una vez por todas que esta situación no se podía seguir manteniendo», explica Lucas.

El día 20 de julio del 2020 a la madrugada, lxs trabajadorxs cierran las entradas del negocio, la entrada de la cocina, el portón por donde  salían los repartos y  toman la empresa que estaba siendo vaciada por la propia patronal. En palabras de Lucas, «se hizo lo que nunca se había logrado hacer, que era la unidad de los trabajadores y luchar todos juntos por primera vez, porque la pandemia nos puso en un mismo lugar. Comprendimos que todos éramos lo mismo, que éramos solamente un número. Entonces decidimos unirnos por primera vez  y luchar todos juntos».

Nueve meses han pasado de ese momento inicial, que gestó la Cooperativa 20 de Julio. Y como relata uno de sus trabajadores, Lucas, «hemos pasado frio, hemos dormido en el piso, hemos luchado contra Edesal, hemos luchado contra Ecogas, porque también había deudas .

La patronal dejó una deuda $200.000 de luz y $100.000 de gas. Y fueron lxs trabajadorxs quienes afrontaron esas deudas. Así, lograron una  refinanciación con Edesal para la reconexión del servicio. «Decidimos hacernos cargo de una deuda que no era nuestra. Terminamos haciendo rifas para afrontar ese gasto que no nos correspondía, pero era necesario para poder seguir trabajando, porque no existe otra solución que no sea la unidad, la organización y el empeño de seguir trabajando como lo hacemos desde hace 9 meses», detalla Lucas en esta breve contextualización de lucha y convicción.

«Hemos pasado horas acá adentro. 9 meses y pretendemos y queremos continuar así. Sino quiere la justicia que nosotros sigamos haciendo lo que hacemos, que es mantener nuestra fuente laboral, que les exijan a quienes son los responsables de esta situación el dinero adeudado de todas las personas, de todos los trabajadores. Sino está el pago salarial adeudado, que nos habiliten y permitan, que nos apoyen y nos fomenten como cooperativa conformada que somos desde hace 3 meses. Permítannos continuar trabajando», solicita Lucas, junto a los 20 compañerxs que sostienen la panadería.

Y el relato de la lucha por el trabajo digno continúa en la voz de Lucas: «Estamos trabajando para poder subsistir. Hay 21 familias. Acá no se está trabajando en la magnitud que se trabajaba anteriormente. Que la gente no se confunda. No estamos haciendo dinero, no estamos haciendo plata, como hacían la empresa. Nosotros empezamos de cero. En la esquina de Juan Llerena precariamente con una mesita vendiendo tortas fritas y pan casero. Hoy tenemos acondicionado el local para recibir a los clientes».

Y en estos 9 meses, el trabajo ha expandido los deseos y la panadería ha crecido. «Tenemos más de 40 productos, cocina abierta las 24hs, servicio de cadetería, hemos refaccionado el lugar de arriba a abajo, hemos avanzado en estos 9 meses lo que no hicieron en años.  Acá los hornos no andaban. Existían 4 hornos y solamente funcionaba uno. Dos cámaras para mantener la mercadería y estaban rotas. Nosotros las acondicionamos y pusimos en marcha una cámara», detalla Lucas.

Nada ha sido fácil en estos meses. La justicia provincial ha asediado a lxs trabajdores, en lugar de acompañarlxs. Y bien lo explica Lucas en este dialogo con La Bulla. «Hemos resistido a dos intentos de secuestro de los bienes. Antes de estar conformados como cooperativa, resistimos con nuestros propios cuerpos para no permitir que los oficiales de justicia vengan a llevar a cabo una orden de la jueza Villar, de hacer el secuestro de los hornos que eran bienes que podían funcionar cuando la Cooperativa estuviese conformada. Hoy en día está la Cooperativa y esos bienes, los hornos, eran garantía de pago de cada unos de los trabajadores. Y los resistimos.Y gracias al apoyo de la gente que vino acá y estuvo presente, y gracias a nuestra presión, no hubo una efectivización de esa orden judicial».

«Hay compañeras que vienen con sus propios hijos a laburar acá, porque es necesario, porque no nos queda otra. Hemos sacrificado un montón y estamos dispuestos a seguir para poder trabajar como corresponde, en regla, como no  veníamos haciéndolo con la patronal, como nunca lo hicimos porque hasta  teníamos que mentir cada vez que venía el Ministerio de Trabajo. Cada vez que se acercaba alguien teníamos que preguntar como mentíamos para poder conservar nuestra frente laboral, a pesar que no se nos pagara, a pesar que se nos hablara mal, a pesar que se nos humillara, a pesar que a las mujeres las humillaran y acosaran y nosotros, lamentablemente lo naturalizáramos», reflexiona Lucas, con la voz entrecortada.

La resistencia y la lucha de lxs 21 trabajadorxs, continúa. Tantos años de precarización laboral extrema, están aún latentes en sus cuerpos y memorias.  Pero la organización de los 9 meses que dieron forma a la Cooperativa 20 de Julio, renueva las esperanzas para seguir. Saben, también, estas 21 familias, que no están solxs, que la comunidad lxs acompaña, porque la lucha es genuina, es justa.

«Lo único que pedimos es que nos dejen trabajar, pedimos el apoyo a la justicia, de la política,  de los medios. Y agradecemos, fundamentalmente, el apoyo de Villa Mercedes, y de un montón  de gente que nos escribe de todo el país», expresa Lucas, un trabajador agotado por un largo día de malas noticias, pero con la convicción que la organización colectiva seguirá dando sus frutos.

Compartimos el audio completo del relato que Lucas, trabajador de la Cooperativa 20 de Julio, compartió a La Bulla:

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