Opinión

Condena a Cristina: entre la bronca, la indiferencia social y la esperanza

*Por Romina García Hermelo

El martes 10 la Corte Suprema de Justicia, confirmó la condena a Cristina Kirchner a 6 años de prisión y la inhabilitación perpetua a ocupar cargos públicos.

Me representan muchos de los valores y las políticas del peronismo y del kirchnerismo. En este contexto político en que gobierna una propuesta liberal siniestra, que precariza nuestras existencias, violenta con sus discursos y políticas a las mujeres e identidades disidentes, destruye la educación pública, y hace que les pobres sean mas pobres. No se si me da más miedo la condena a Cristina, que representa un ataque directo a la República y a la democracia (independiente del partido o postura política en la que te posiciones) o la indiferencia que noto a mi alrededor.

A las 18hs me enteré de la condena, me mandó un mensaje mi amiga Nadia que sabía que estaba atenta al fallo, justo salía de dibujo.

A la noche, Analía, otra amiga, una mujer de 40 años, madre, feminista, profesora de escuelas públicas, me manda un mensaje, estaba en el partido de vóley de su hija. Ella nunca va a verla, dice que es un embole -y con toda razón-.

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Un corazón. Mi amiga me contesta un mensaje de tal contundencia con un corazón. Ni siquiera me escribe: Che, qué bajón ¿cómo estuvo el encuentro? ¿Mucha gente? ¿Cómo se van a seguir organizando?

Me contesta con un corazón ¿Qué significa un emoticón como respuesta o comentario frente al hecho que condenaron a una ex presidenta? En cuanto a lo que implica, a la tristeza de muches, al quiebre de la democracia, a la injusticia, a que nuestro país no va a ser el mismo de antes (¿o si?).

Grupo de whatsapp de docentes de una universidad pública:

Andrea, es docente universitaria, mujer de casi 40 años, estudió en la universidad pública.

Frente a tanta bronca y desconcierto, me llega un mensaje de Jessi, ella es colombiana, mujer afrodescendiente, tiene 40 años, la conocí cursando una maestría en la UNCUYO. Hace más de 15 años somos amigas, ella vivió muchos años en Mendoza. Fue becaria de Conicet, cursó la maestría y el doctorado en Ciencias Sociales en la UNCUYO. También militó en agrupaciones feministas y organizaciones sociales de esa provincia. Hoy vive en Colombia.

Tres reacciones. Tres mujeres. Tres sentimientos.
¿Cuál es la distancia ideológica, política y experiencial entre estas tres mujeres?
Sinceramente, no lo sé.
Estas reacciones me hicieron pensar ¿En dónde estoy parada? Desde lo político, desde el feminismo, desde lo académico y profesional y en cuanto a mis vínculos amistosos. Tampoco lo sé.

Por un lado, una amiga que frente a la condena a Cristina reacciona con total indiferencia, con un corazón. Otra, que a la distancia llora y me abraza. Y una docente que ironiza felizmente (?) sobre la noticia.

El panorama es totalmente desolador. Lo siento en el cuerpo. La desmotivación es enorme. Tantos compromisos laborales y tan pocos ánimos para seguir. ¿Cómo se hace para ser indiferente frente a esta realidad? ¿Para que no te afecte, para que no te atraviese? ¿Para hacer de cuenta como si no pasara nada? No tengo idea.

Tampoco se como hace Ella. Intentaron matarla y sigue con sus convicciones más firmes que nunca: “Si naciera 20 veces, 20 veces haría lo mismo”. Corre una pequeña brisa de esperanza alrededor de estas palabras. Por lo menos para mi. Me alienta. Me guían en esta coyuntura política cruel.

Y no. No es necesario ser kirchnerista, peronista, feminista, troska, para darte cuenta cuando algo es injusto. Si sabremos las mujeres, lesbianas, bisexuales, travestis y trans acerca de un mundo injusto.

Valentía. Agallas. Convicciones.

Posiblemente esto conecte a las 4 mujeres que mencioné, Analía, Andrea, Jessi y Cristina (y a tantas otras más).

Con certeza, estas categorías adquieren un sentido particular para cada una de estas trayectorias, como trabajadoras docentes, como investigadoras, como militantes sociales, feministas, como ex presidenta de la Nación.

Más allá de las disímiles reacciones que estas mujeres tuvieron frente a la condena de Cristina. Todas han tenido que sortear los embates a los que las somete la estructura patriarcal en consonancia con el capitalismo. Y, salvando las diferencias, los privilegios que tiene una ex presidenta y la precarización laboral de una trabajadora de la educación, las conecta la valentía, las agallas y las convicciones políticas que han tenido al momento de atravesar las instituciones sociales misóginas y machistas que habitan, ya sea una escuela, una universidad pública, así como la justicia.

Nos alejan muchas otras cosas. Prefiero pensar en aquello que nos acerca.

La lucha recién empieza.

“Mascota de usted. Nunca” (el lema de mi próxima remera).

 

[1] Los diálogos son reales, los nombres son ficticios con la intención de preservar la privacidad de las personas implicadas.

 

 

 

 

 

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