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Marcha del Orgullo San Luis 2021: crónica de un evento monopolizado

El sábado 20 se realizó en San Luis ciudad la Marcha del Orgullo. La número trece que se desarrolla en tierras puntanas.

Este año, no faltó el color, el brillo y la fiesta de la mano de pibites que cada vez más, participan para reivindicar el orgullo lgbt.

Pero esta marcha tuvo una particularidad. Y es que fue monopolizada, desde principio a fin, por el oficialismo. Particularidad que se viene repitiendo en las ciudades que históricamente llevan adelante la lucha lgbt.

La cooptación que vienen haciendo los partidos políticos y diferentes áreas del estado en las marchas del orgullo y demás actividades transfeministas es cada vez más evidente. Ya no guardan pruritos y arremeten con toda la violencia machista y vertical que usan en sus espacios partidarios, para apropiarse de los espacios militantes.

Así lo describieron, desde Córdoba, integrantes de la Asamblea Alerta Torta, luego de la marcha del orgullo realizada el 6 de noviembre en dicha ciudad: “A días de la celebración de la 13° Marcha del Orgullo observamos y analizamos con mucha preocupación el devenir violento, machista, electoralista, mercenario y berreta con que dos organizaciones oficialistas conducidas por dos varones contratados por el estado, se han arrogado la representatividad de toda la comunidad LGBTTTIQNB+”.

Y agregaron: “Nos encontramos frente a un escenario en que sólo parece contemplarse la voz de dos varones que facilitan recursos para llevar a cabo despilfarros mientras la disidencia pasa hambre; un escenario que ha invisibilizado la desaparición de un pibe trans entre sus consignas; en que se ha profundizado la división (promovida por estos personajes) dentro de un movimiento que siempre ha sabido entenderse aun en las diferencias; un escenario en que la disidencia ha perdido lugar y es ante esta situación que como asamblea hemos decidido no marchar con ninguno de estos espacios, quienes bajo sus propios intereses oportunistas hacen del orgullo una agenda personalista y sesgada”.

Algo similar sucedió en la ciudad de Buenos Aires, en la marcha número 30°, esa histórica marcha que fue gestada desde las bases un 2 de julio de 1992, donde alrededor de 300 personas fueron parte de la movilización. «Libertad, Igualdad, Diversidad» fue la consigna de esa primera marcha que se desplegó desde Plaza de Mayo hasta Congreso. La frase hace alusión a la Revolución Francesa criticando fuertemente al régimen político que no legislaba para los derechos del pueblo oprimido.

En Buenos Aires, el pasado 6 de noviembre, distintas colectivas unidas en disidencia a la marcha oficial, organizaron una contramarcha del orgullo, asamblea, ritual y una marcha de disidencias sexo genéricas que irrumpió en el evento oficial con un grito por la aparición con vida de Tehuel de la Torre, joven trans desaparecido. “Somos tema de agenda pero las políticas no impactan en nuestros cuerpos”, dijeron en esa contramarcha.

“La tradición de hacer un contra evento en la marcha del orgullo es histórica, Lohana Berkins impulsó durante muchos años escenarios opuestos al de Congreso, en Plaza de Mayo, otras veces se apostaban delante de la columna antes de que fueran a salir, para hacerse ver ante las columnas oficiales. Y hace años también hay un espacio que se llamó Orgullo en Lucha» mencionó la activista trans, Quimey Ramos. “Hacemos un evento disidente porque entendemos que esta marcha está lavada de cara y de contenido, y no solo en cuanto a las consignas que levantan o no, sino que también de este modo lavan sistemáticamente la cara de los gobiernos y así mismo de las empresas”.

En San Luis ciudad se repitió lo de Córdoba y Buenos Aires. La marcha del Orgullo del 2021 fue absolutamente monopolizada por el oficialismo. Increíblemente, ese mismo Estado al que con la marcha se sale a visibilizar y exigir los derechos postergados del colectivo lgbt, encabezó la completa organización del evento. Con un despliegue nunca antes visto en las marchas orgullosas puntanas: carrozas, festival con corte de calle en pleno centro puntano, feriantes y más. De eso, las organizaciones y autoconvocadxs que desde años vienen encarando la organización de la marcha a pulmón y con mucho esfuerzo, nada de participación pudieron tener. Asambleas convocadas a último momento donde ya estaba todo organizado por funcionarias del estado, grupos de whastapp inhabilitados para participar y opinar son solo meros ejemplos del accionar vertical y violento que tuvo esta comisión organizadora que dejó de espectadorxs a muchxs de lxs que siempre le pusieron cuerpa a la marcha del orgullo en San Luis.

Pero las organizaciones de base y autoconvocadxs se hicieron escuchar y no cedieron la marcha al oficialismo. Socorro Rosa San Luis, organización transfeminista abortera, llenó la marcha con lemas y consignas que la comisión organizadora intentó invisibilizar. “Sabemos, porque lo hemos visto y vivido, que funcionarixs dependientes del Estado, partidarixs del gobierno de turno, como así también de la oposición, hace años vienen atropellando y queriendo romper e intervenir en nuestras luchas, alzando nuestras banderas y colores sólo por el hecho de adornar su imagen política. Vendiendo algo que no son y poniendo una voz y una acción/inacción temporaria basada en promesas y falsedades de entendimiento y porque no, supuesta empatía”, expresaron en los volantes repartidos en toda la marcha y festival.

Y agregaron: “mientras el Estado juega a dividirnos, fragmentarnos o cooptarnos, mientras algunes ceden la lucha horizontal y colectiva ante las promesas en medio de las elecciones, nosotres seguimos luchando desde las bases por nuestros genuinos derechos. Frente a esa fragmentación de espacios de active y a la banalización institucional de nuestras agendas, redoblamos la organización transfeminista reivindicando el goce y visibilizando las violencias que vivimos por fugarnos de las opresiones cis-témicas. Organización transfeminista que potencia el encuentro entre nuestras existencias disidentes y desobedientes, fortalece el intercambio, profundiza discusiones y teje lazos y redes”.

La marcha oficial concluyó con un Festival en Av. Illia, al lado del edificio de Turismo de San Luis. Con corte de calles, escenario y hasta sonido de primer nivel pagado a los dueños del famoso boliche Sky, ese que tiene denuncias públicas por violencias, discriminación y demás prácticas machistas y misóginas.

Llamativo también fue la exagerada presencia policial controlando toda la marcha y haciendo de custodia personal de la Secretaria Ayelen Mazzina. Esa misma yuta que nos mata, que históricamente discrimina, persigue y criminaliza a la comunidad lgbt participó con total impunidad del monitoreo, vigilancia y control de la marcha del orgullo.

En el Festival, llovieron los discursos lavados y vacíos de real contenido y sobraron los agradecimientos a lxs funcionarixs públicos del gobierno provincial que colaboraron económicamente. La única excepción a tanta lavada de cara, fue la potente y profunda alocución de Georgina Orellano, la presidenta del sindicato AMMAR, que fue invitada por la Comisión organizadora.

El festival concluyó con la pegadiza cumbia de La Parcera. Y al finalizar unx de sus músicos, levantó el llamativo cartel que realizaron las socorristas que indicaba: “No somos parte de la comisión organizadora de la marcha porque fue monopolizada por el oficialismo”. Lo que causó la inmediata censura. Se silenciaron los micrófonos y la banda no pudo concretar los pedidos de “otra más”, que desde el público solicitaban.

Frente a tanta banalización y monopolización oficial, la resistencia se hizo sentir. “No vamos a dejar que se use nuestra Marcha del Orgullo y quedarnos expectantes. Por eso, levantamos la voz y nos hacemos escuchar. No permitiremos que los espacios de lucha, nuestras banderas y logros conquistados nos los arrebaten quienes, por cinco minutos de discurso vacío y una foto para los medios, usan de trampolín político nuestras luchas”, manifestaron lxs transfeministxs, que hasta fueron increpadas por una integrante de la Secretaría de la Mujer, Yeka Ramos, quien se acercó a intimidar y cuestionar mientras lxs activistxs pegaban afiches con la posición crítica a la comisión organizadora de la marcha. “Culiadas”, fue una de las expresiones que esbozó, cuando se le dijo que al ser funcionaria, su actitud patoteril era intimidante y violenta. Es que los diferentes sectores del oficialismo tienen tan naturalizado el ejercicio del poder arbitrario, despótico e ilimitado que no pueden vislumbrar límite alguno. Se ofuscan e irritan ante una pequeña intervención opositora.

La décimo tercera marcha del orgullo puntana tuvo color, brillo y fiesta pero también tuvo resistencia frente al avance ilimitado y despótico de quienes hace más de 40 años están en el poder. El orgullo disidente resiste, también en tierras sanluiseñas.

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